Por ejemplo muchos alumnos que rindieron la Psu llegaron tarde a sus locales de rendición, los niños al salir de clases tuvieron que caminar hasta sus casas, llegando tarde, e incluso a más de alguno les significo pasar un mal momento, supe de algunos cogoteos, lanzazos por parte de otros niños ociosos. Sin embargo muchos otros, más adultos o ni tanto, caminaron lo que hace mucho tiempo no caminaban y eso sí que es saludable ya que el caminar diariamente 30 minutos hace muy bien, y más aún sabiendo que Temuco es pequeño y en media hora uno llega al centro relajadamente desde casi cualquier parte de la ciudad.
Otros aspectos sobre los cuales quisiera ahondar son la contaminación visual y sonora. Creo que es relevante, en lo personal camino con frecuencia de mi casa al centro y creo que no me había dado cuenta de lo desagradable que es caminar con ese nivel de ruido y la congestión visual, y más aún no había percibido que gran culpa de esto es debido a los microbuses.
Claro, no es que no me hubiese dado cuenta antes, pues muchas veces creo haber regañado al respecto, incluso sobre los olores emanados al interior de las micros en verano, pero ese no es el punto.
Sí lo es el tratar de comprender, cuando se produce un quiebre, un cambio en la mentalidad, en la cultura, que me hizo tomar cuaderno y lápiz y escribir sobre esto, a pesar de pasar caminando muchos años en la misma situación sin haber sopesado este tema.
No es que antes no me molestase, sí por que siempre se percibe, los sentidos no fallan pero si se acostumbran, se ambientan y esto es a tal grado que se torna peligroso. Creo que si viniese del campo por primera vez me daría cuenta de esto inmediatamente, pero uno nace en la ciudad, se cría en ella, y siempre ha estado inserta en ella, los ruidos de las micros, los atochamientos son parte de uno, y uno es parte de la ciudad.
Sin embargo, hay momentos de quiebre como el vivido en Temuco durante dos días sin microbuses. Y de esto quisiera destacar que se vio mas gente caminar, las calles se veían ordenadas y despejadas, el silencio se vivió en las calles de Temuco, y fue sorprendente que en plena hora pic se pudiera escuchar sólo los golpes de las herraduras al pavimento trás el galope de unos caballos en una carreta. Pues ciertamente prefiero el galope a los bocinazos, y no es que sea fanatico del campo pero el quibre te abre los sentidos.
Ahora, el punto clave es el peligro al acostumbramiento que nos hace perder sentido, esto es más plausible en el acostumbrarse a los actos delictivos, a las armas y tráfico de drogas en las poblaciones. Por esto son necesarios los quiebres que interrumpan los procesos contextuales en la voragine que nos movemos a diario, ya que nos permiten revivenciar nuestros sentidos desde otra perspectiva. Es como cuando uno va por la vida a mil por hora, y de pronto te caes, enfermas, frenas, y te das cuenta que el mundo sin ti igual gira. Es esto lo que nos permite redescubrirnos a nosotros mismos y a nuestro entorno, como el redescubrir nuestra ciudad.
En fin el cuestionamiento es claro ¿cómo aprovechar nuestra capacidad de adaptarnos sin perder la perspectiva de cambio que nos entregan los quiebres?. Es decir, podemos sobrevivir en una población llena de drogas y armas gracias a nuestra adaptabilidad, sin embargo los quiebres se producen cuando hay un apagón de electricidad y se apagan los computadores, los televisores y por primera vez escuchamos a nuestros hijos, parejas y recién nos damos cuenta de lo rico que es compartir en familia.
1 comentario:
Estoy de acuerdo pero tambien es cierto que sin una rutina, seria dificil construir una sociedad
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